Levantamiento de cadaver a la colombiana
Sucedió en 1962, en una carretera de la
Costa Atlántica de Colombia que une las poblaciones de Mategüadua y Río Loro.
Al peluquero del pueblo, que ejercía también el cargo de Inspector de Policía
en esa región, le dieron aviso de que en dicha carretera habían encontrado a un
muerto, a fin de que procediera con el levantamiento del cadáver y la
investigación de rigor. Así que el ingenioso funcionario, que tenía fama de ser
un gran aficionado a las Selecciones de Reader’s Digest, juramentó y
posesionó a dos peritos para que sirvieran de testigos, y se encaminó con ellos
y con el secretario al lugar de los hechos. He aquí algunos apartes del acta
que resultó, transcritos con la ortografía y el lenguaje originales:
«Levantamiento de un cadáver que fue
allado muerto allí y que fue visto por unos campesinos que pasaban y al verlo
que no se movía y que estaba encharcado de sangre lo reconocieron como muerto y
avisaron al suscrito inspector....
»Se encuentra sobre una charca de sangre
el cadáver de un individuo de sexo masculino de unos 48 años de edad
aproximadamente, al parecer casado porque tiene una argolla de matrimonio en el
dedo anular de la mano izquierda, de profesión mecánico porque la ropa la tiene
untada de grasa quemada, de piel morena tirando a negra, flaco, carepalo y
medio canoso, y de unos 1,60 metros de altor, desconociéndose más datos sobre
la personalidad del muerto por tratarse de un hombre forastero y sin amistades
en la región.
»El cadáver del difunto se encuentra
bocarriba, con la boca abierta y los ojos cerrados, con la cabeza medio ladiada
como mirando un guanábano en completa producción, con el brazo derecho estirado
hacia un lado y como saludando a alguna persona, y el brazo izquierdo en estado
de reposo, los pies semicruzados como haciendo el numero 4 (cuatro) y en
aptitud totalmente rigida....
»Presenta un machetazo en la cabeza...,
otro en la quijada inferior..., otro en el pescueso..., otro en la paleta
izquierda que alcanzó a llegar hasta serca del espinazo, otro en la región del
nalgatorio que le interesó mayormente la nalga derecha y parte del guesito de
la alegría, otro en el cuadril derecho y dos en la canilla derecha.
»Se ve claramente que los autores del
asesinato no le pegaron más machetazos al cadáver porque seguramente vieron que
el muerto había dejado de existir...»