jueves, 28 de marzo de 2013
jueves, 28 de febrero de 2013
martes, 6 de noviembre de 2012
La demencia de Gabo

La demencia senil también puede
ser un último giro que hace la muerte antes de llevarse para siempre a aquéllos
que persisten en vivir o, bien puede ser la vida, regalándonos a última hora,
el bálsamo de olvidar, la bendición de quedarnos huecos, de convertirnos en
hombres limbo.
Sin embargo, las obras del Nobel
seguirán siendo luz de otras memorias. Su metáfora nunca quedará exhausta y no
se olvidará luego de cien años.
Que la demencia senil de Gabo no
sea la de sus lectores en todo el mundo. Nunca debemos olvidar al primer hombre
que se atrevió a poner a José Arcadio Buendía a la altura de Hamlet y a Macondo
a la altura de Londres.
sábado, 13 de octubre de 2012
jueves, 23 de agosto de 2012
Un buen día en la vida de un predicador
Juan 1:35-42
Iván C. Rodelo.
Juan el bautista, un tipo raro,
que vestía raro y comía cosas raras era, entre otras cosas, un buen predicador.
Muy a pesar de que su barba y pelo habían visto mejores épocas, a las
multitudes no les importaba y decidían ir a escucharle en el desierto, a pesar
de un sol que licuaba hasta a las piedras. Así que, Juan es un predicador
exitoso predicando en un lugar de una increíble pobreza fotogénica y logrando
resultados espectaculares hasta en los corazones más endurecidos y
estremeciendo a toda una nación con su mensaje sobre las víboras.
Juan no olvidaba en su prédica
decir cosas buenas de Jesús. Por supuesto que tocaba muchos temas; pero, y
siempre que hablaba de ambos, de él y de Jesús, resaltaba a Cristo por encima
de si.
-Él es superior a mi- solía
decir. –Él es primero que yo- recalcaba. – No merezco ni desatar su calzado…
así Juan nos dejó una marca de un buen predicador. Es alguien que siempre tiene
algo bueno que decir de Jesucristo. Entiendo que los tiempos han cambiado y que
como predicadores somos tentados a hablar de nosotros o de los logros
ministeriales y de cómo Dios nos usa o de nuestras posesiones o flamantes
esposas, etc; y lo peor, es cuando la
gente aplaude nuestro carnaval verbal, porque nos inflamos; pero, Juan, todo un exitoso hombre de Dios y
que tuvo, a las claras, la oportunidad de ponerse primero en los corazones de
la gente, prefirió seguir siendo su servidor y poner a Cristo adelante. Hagamos
lo mismo.

Y lo mejor de un buen día en la
vida de cualquier predicador es que sus oyentes, se encuentren con Cristo. Jn
1:38. Jesús tiene oídos para sus seguidores y no les deja buscarle sin
hallarle, es más, les sale al encuentro. ¿Qué buscan? Pregunta el Señor. Porque si hay alguien que
quiere estar seguro de las verdaderas intenciones de quienes dicen seguirle a
El, es precisamente Jesús. Sorprende que aun en el cristianismo todo parezca tener
una segunda intención, así que, la pregunta vale y vale porque Jesús siempre ha
tenido en sus filas a gentes con toda clase de apetencias, desde los que tienen
hambre o pretenden tener fama, prestigio, poder, posición, economía valiéndose
de la relación; hasta los que quieren conocerle más íntimamente para someterse
a su voluntad. Así que la pregunta nos llega todavía desde la espalda y nos
confronta. ¿Qué buscas?
-Señor, ¿dónde moras? -Que buena
pregunta, porque lo que un seguidor de Jesús necesita saber de Él no lo sabrá
mientras va de carrera o pueda ser interrumpido. Es cierto que el Señor está en
todas partes, pero, habita con los quebrantados y humildes de espíritu y a
ellos se revela en su gracia. Is. 57:15.
Así, que Juan puede darse por
satisfecho. Hizo un buen trabajo como predicador. Jn. 1:39. Los discípulos
pasaron un resto de día increíble con Jesús y el bautista fue parte del
resultado. Quiera Dios que al terminar cada predicación o enseñanza, la gente
no quede con deseos de quedarse con nosotros, atadas a nuestra personalidad,
sino, que anhelen llegar a sus casas y terminar conversando con Jesús y
seguirle.
lunes, 7 de mayo de 2012
Levantamiento de cadaver a la colombiana
Sucedió en 1962, en una carretera de la
Costa Atlántica de Colombia que une las poblaciones de Mategüadua y Río Loro.
Al peluquero del pueblo, que ejercía también el cargo de Inspector de Policía
en esa región, le dieron aviso de que en dicha carretera habían encontrado a un
muerto, a fin de que procediera con el levantamiento del cadáver y la
investigación de rigor. Así que el ingenioso funcionario, que tenía fama de ser
un gran aficionado a las Selecciones de Reader’s Digest, juramentó y
posesionó a dos peritos para que sirvieran de testigos, y se encaminó con ellos
y con el secretario al lugar de los hechos. He aquí algunos apartes del acta
que resultó, transcritos con la ortografía y el lenguaje originales:
«Levantamiento de un cadáver que fue
allado muerto allí y que fue visto por unos campesinos que pasaban y al verlo
que no se movía y que estaba encharcado de sangre lo reconocieron como muerto y
avisaron al suscrito inspector....
»Se encuentra sobre una charca de sangre
el cadáver de un individuo de sexo masculino de unos 48 años de edad
aproximadamente, al parecer casado porque tiene una argolla de matrimonio en el
dedo anular de la mano izquierda, de profesión mecánico porque la ropa la tiene
untada de grasa quemada, de piel morena tirando a negra, flaco, carepalo y
medio canoso, y de unos 1,60 metros de altor, desconociéndose más datos sobre
la personalidad del muerto por tratarse de un hombre forastero y sin amistades
en la región.
»El cadáver del difunto se encuentra
bocarriba, con la boca abierta y los ojos cerrados, con la cabeza medio ladiada
como mirando un guanábano en completa producción, con el brazo derecho estirado
hacia un lado y como saludando a alguna persona, y el brazo izquierdo en estado
de reposo, los pies semicruzados como haciendo el numero 4 (cuatro) y en
aptitud totalmente rigida....
»Presenta un machetazo en la cabeza...,
otro en la quijada inferior..., otro en el pescueso..., otro en la paleta
izquierda que alcanzó a llegar hasta serca del espinazo, otro en la región del
nalgatorio que le interesó mayormente la nalga derecha y parte del guesito de
la alegría, otro en el cuadril derecho y dos en la canilla derecha.
»Se ve claramente que los autores del
asesinato no le pegaron más machetazos al cadáver porque seguramente vieron que
el muerto había dejado de existir...»
miércoles, 8 de febrero de 2012
La conciencia en el cielo o la radio sin Pablo.
Hará cosa de más de treinta años en que Marcos Pérez, afamado locutor en Barranquilla, lo anunciaba así: -Escuchemos ahora los sabios consejos del hermano Pablo-
Y de inmediato retumbaba la voz del salvadoreño aquél, que contrastaba con la apacible del hermano Pablo, quien en cinco minutos nos trasladaba a mundos, situaciones, conflictos, familias desconocidas en problemas etc, para rematar con un remedio eficaz a toda situación por difícil que fuera, Jesucristo.
Nunca pensé que escuchaba a un predicador evangélico. Solo cuando me hice un creyente y mis amigos bromeaban de mi fe llamándome hermano Pablo, me enteré que Pablo Finkebinder o el hermano Pablo, era en realidad eso, un cristiano evangélico.
Hoy admito el honor de que a todos los evangélicos se nos denominara como a un hermano Pablo; no solo por ser una de las voces cristianas más oídas en el mundo, su microprograma se oye actualmente unas doscientas cincuenta veces cada hora en más de treinta naciones y unas 55 mil personas lo reciben a diario por correo electrónico. Eso es formidable, pero, más honorable es ser comparado a un hombre sabio, intachable y que sabía contar buenas historias. Porque queramos admitirlo o no, a todos nos gustan las buenas historias y punto.
Fue una de esas buenas historias la que oiría el abuelo Lucas Camacho a través de la destartalada radio de su rancho una madrugada en que las agitadas revoluciones de su mente lo querían llevar a la locura. La voz del hermano Pablo que sucedió en aquél silencio, salvaron al abuelo y le devolvieron la lucidez. Luego, el abuelo acostumbraba llevar la radio para que sus vecinos escucharan también, en palabras del abuelo, al campesino que predicaba.
El abuelo es un personaje de ficción, pero, ¿qué más da? El representa a los cientos o miles de latinoamericanos que recibieron esperanza y superaron la doliente realidad de este mundo gracias a un sencillo mensaje radial compartido por el hermano Pablo, un mensaje a sus conciencias.
Ahora, la conciencia está en el cielo y la radio sin Pablo. De seguro, el equipo de su ministerio seguirá haciendo una excelente labor. Labor sumamente necesaria ante una radio cristiana invadida de expertos en diablo que solo usan su lenguaje de guetto evangélico y le han dado a este medio una naturaleza de mercancía.
Paz en la tumba del hermano Pablo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Alguien dijo que con lo que le enseñan a uno de poesía en los colegios, es un milagro que uno no la odie. Luego, terminamos buscando a los b...
-
Estos son de Barranquilla, Colombia, lo que indica que andan por todo el mundo. He tenido el privilegio de oirles personalmente.
-
La gracia permite cosas que parecen casuales. Leyendo a Rut, descubro que nada es casual. Ni el giro del viento, ni un tropezón, ni la marip...