jueves, 11 de febrero de 2010

Asi pensaba el abuelo


Pero, si te mueres, tan bueno que eras

Basta con morirse, para ascender al tope de la escala moral .Por lo menos, en los velorios no hay quien pueda hablar mal de los honorables huéspedes del subsuelo. El difunto pudo ser en vida un consumado alcohólico, todo un tabernícola,(Habitante frecuente de las tabernas)pero, ahora muerto, es un borracho digno. Ya nadie se acuerda de esas sesenta billones de células, todas ebrias que llegaban a casa dando tumbos. Ahora ha muerto y...¡¡Tan bueno que era!!

De este efecto benévolo posterior a toda muerte, habló Jesús cuando dijo: -Y si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo; pero, si muere, producirá mucho fruto-
Muerte, es la expresión bíblica que describe lo que sucede a la persona que ha rendido completamente su vida a Jesucristo y su voluntad:
¨Consideraos muertos al pecado, pero, vivos para Dios en Cristo Jesús¨
¨Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi¨
Entonces, volviendo al dicho de Jesús, no hay nada para el grano de trigo que se resiste a morir. Solo muerto traerá fruto. No sirve aparentar muerte. Nadie dirá nada bueno de una semilla que solo quedó untada a la tierra. La semilla debe hacer su viaje al fondo, con todo el cuerpo y asi, dará de qué hablar.
El creyente en Cristo, del mismo modo, está llamado a morir. Tristemente algunos andan por ahí, como si no estuvieran ni vivos ni muertos. Son como cadáveres que se hubieran arrepentido de su muerte .La familia, amigos e iglesia, están esperando recoger un fruto, decir lo bueno que es vivir, compartir y trabajar con ellos…pero, no hay fruto.
Sin morir somos nuestra propia criatura detenida; muriendo, desarrollamos una nueva criatura. 2° Cor.5:17.
Por otro lado y volviendo al primer párrafo, quienes han instalado ya su residencia bajo tierra, son los seres más insólitamente tranquilos y entregados por entero a su reposo. Son imperturbables. En vida, no se les podía pisar una uña; ahora, se puede caminar encima de ellos y siguen cultivando una fructífera humildad, una decencia y honradez elementales. Todo esto es señal de que están muertos, porque esas son las respuestas de un muerto. Solo en Hollywood, los muertos salen a hacer maldad, a comportarse como vivos.
Estar muertos, hablando desde lo espiritual es carecer de vida en nuestras relaciones con el mal y con el sistema de vida del mundo en que vivimos. Es reflejar la vida de Cristo en nuestros actos y palabras. Es no responde los agravios ni tomar venganza. Es asombrar al mundo con nuestra nutrida confianza en Dios y mostrar tranquilidad, paz y dominio en la adversidad. Portarse como todo un buen difunto, como una semilla que para vivir, debe saber morir.

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