miércoles, 24 de febrero de 2010

Con la gracia, basta y sobra II


Aún estando bajo la gracia el creyente está llamado a esforzarse en ella y a proceder de acuerdo a la ley. Rut, la moabita, es un ejemplo de ello.Habia venido a vivir a Israel, el pueblo de la promesa, pero, se levantó temprano para ir a espigar de acuerdo a una ley establecida por Dios. Rut. 2:1 y Dt.24:19-22.

Hoy, el cristiano oye todos esos mensajes de evasión que proyectan castillos de oro y bendiciones a la vuelta de la esquina; pero, poco enfatizan el esfuerzo y el actuar de manera legal siempre. No estoy en contra de que se les diga a los cristianos que Dios quiere bendecirlos o llevarles al éxito, pero, también debe decírseles que todo esto depende tanto de la gracia de Dios, como del esfuerzo y la sabiduría de los años; no tanto, de una palabra profética mas un golpe de suerte.

Mucho de lo que entendemos como éxito depende en suma de seguir instrucciones y rastros. En el caso de Rut, las indicaciones de Booz fueron vitales: ¨No te vayas a espigar a otro campo¨. (2:8) Mucha gente piensa que el cambiar constantemente de ideas o cosas le traerá más progreso... Pero, el consejo de Booz tiene relevancia: ¨Aprende a quedarte¨,¨no te la pases de campo en campo¨, ¨de trabajo en trabajo¨,¨de oficio en oficio¨,de mujer en mujer o de novio en novio¨ etc. -Quédate en este campo. espiga en uno solo-¨ No te la pases de iglesia en iglesia¨. La perseverancia, la constancia, y la permanencia, son valores que traen progreso.

Booz tambien recomienda a Rut que siguiera los pasos de las segadoras. Hay gente que aprendió a cosechar primero en muchas áreas de sus vidas, que nosotros. Ellos pueden enseñarnos los itinerarios de la bendición y el bienestar y debemos tener siempre, ante nuestros mayores, una actitud de personas enseñables. Los creyentes sabelotodo siempre han sido una calamidad; porque, para progresar en la vida no hay que saberlo todo, sino, tener el teléfono de los que saben.

Seguir a las segadoras y aprender los verbos de la voluntad. Pisar en las huellas, a veces heridas de las segadoras. Impregnar de obediencia nuestros pasos vagabundos. porque no hay razón para andar siempre las calles del enigma y la desorientación...Asi , aunque no lo creamos, trabaja la gracia soberana para darnos mayor seguridad en la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este maestro me ministra Dios Bendiga este ministerio

UN ALTAR EN EL HOGAR