sábado, 2 de enero de 2010

En enero...provoca leer a Walcott


Aprovechando que en enero pasamos por una primavera nominal en el Caribe colombiano: brisa, cielo azulísimo despejado y un sol loco de luz...provoca, además de la Biblia, sentarse en una barca a orillas del mar y leer la poesía de Derek Walcott. Algo como:

Las gaviotas discuten con el rocío de las olas, mientras los rabihorcados
hacen círculos durante horas, en un batir de alas, alrededor del arrecife
donde un pontón se oxida. Un año ha finalizado sus tormentas, y los hombres
llenos de miedo han escudado las vidas como faroles de sus ventoleras,
o caído juntos en hogueras. Pero ahora se abren espacios azules como
hendiduras en el humo, los pájaros se pliegan en grietas de rocas
cuya arena ha sido rastrillada de huellas. La mar,
que se precia de que ningún hombre la marque,
aún ofrece tales lugares para la pluma egoísta,
y la isla de coral del cerebro tiene lugares donde la república
del pólipo fue construida para nosotros -cuevas hipnotizadas
que se agitan con la luz de la ola, jaras que blanquean
con indiferencia creciente madera flotante o barcos que se fueron a pique.


Mientras apuramos el agua de coco y cae la tarde...seguimos:


Me detengo a oír un estrepitoso triunfo de cigarras
ajustando el tono de la vida, pero vivir a su tono
de alegría es insoportable. Que apaguen
ese sonido. Después de la inmersión del silencio,
el ojo se acostumbra a las formas de los muebles, y la mente
a la oscuridad. Las cigarras son frenéticas como los pies
de mi madre, pisando las agujas de la lluvia que se aproxima.
Días espesos como hojas entonces, próximos los unos a los otros como
horas y un olor quemado por el sol se alzó de la carretera lloviznada.
Punteo sus líneas a las mías ahora con la misma máquina.
¡Qué trabajo ante nosotros, qué luz solar para generaciones!-
La luz corteza de limón en Vermeer, saber que esperará allí
por otros, la hoja de eucalipto
rota, aún oliendo fuertemente a trementina,
el follaje del árbol del pan, de contorno oxidado como en van Ruysdael.
La sangre holandesa que hay en mí se dibuja con detalle.


Walcott es mi poeta favorito.Nacio en Santa Lucía, una isla colonia holandesa del Caribe. Es hijo de una mujer negra y un pintor británico. Trabajó en la universidad de Harvard y actualmente es profesor de literatura en la universidad de Boston. Fue galardonado con el nobel de literatura en 1992. Su poesía refleja la mezcla de culturas, negra, blanca, amerindia...calvinismo,mitos e increencia.

Los textos fueron tomados de Omeros, poema basado en La odisea.

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UN ALTAR EN EL HOGAR